Las piscinas públicas requieren muchas más atenciones que las privadas, en el sentido de que a diario suelen recibir a muchos bañistas que generalmente pueden incurrir en el desacato a las normas que regulan el uso de la piscina.
En virtud de que en verano una piscina pública puede llegar a ensuciarse más de lo que comúnmente se ensuciaría, es importante no descuidar ningún detalle para hacer posible la preservación del agua en el mejor estado y para ello es vital que se tengan en cuenta los siguientes tips para lograrlo.
1.- Normas establecidas.
Colocar la normativa de uso de una piscina pública nos ayudará a asumir los correctivos adecuados cuando sea la oportunidad para ello. En este sentido, se deberá colocar esa lista de normas justo en la entrada del área de la piscina, con una letra visible, llamativa y haciendo uso de un lenguaje fácil de entender para todos. Igualmente, valerse de la reserva del derecho de admisión por parte de las personas que están a cargo de la piscina pública, es importante al momento de un problema que amerite expulsar a alguien que no está cumpliendo con las normas de uso.
2.- Duchas.
Tener a disposición de los bañistas las duchas para antes y después del baño dentro de la piscina, es una opción favorable para preservar por mucho más tiempo el agua en perfecto estado. Por eso, como parte de la normativa debe estar el uso de la ducha antes de ingresar al agua de la piscina, de manera que los usuarios puedan ingresar sin llevarse todos los agentes químicos como perfumes, lociones para el cabello, maquillaje, entre otros, que pueden progresivamente contribuir con la suciedad y contaminación del agua. Por eso, lo ideal será presentar las duchas antes de la piscina o, bien, junto a ésta.
3.- Mantenimiento diario.
Lo primero que hay que considerar es que para que una piscina se mantenga en óptimas condiciones de uso, hay que contar con un sistema de filtración efectivo que ayude a cumplir el ciclo de purificación del agua, evitando que ésta se contamine y sea imposible su uso y disfrute. Además, las mayas para piscina, actúan como un filtro manual, que puede ser fácilmente utilizado para sacar cada mañana esa basurita que llega a la superficie gracias al viento o a cualquier insecto que haya transitado por el área de la piscina.
4.- Uso de químicos especializados.
El cloro, principalmente, es un químico que permite mantener los niveles de contaminación del agua bajos. Por eso su uso no solo tiene que ver con procurar un agua que huela bien y se vea apta para el baño, sino que el cloro tiene la particularidad de evitar generación de bacterias y agentes contaminantes que pueden formarse en el agua por múltiples factores, ayudando a que se cumpla con las normas de salubridad que toda piscina pública debe tener.
5.- Revisar los niveles de pH del agua.
Para mantener los niveles de pH en el agua y evitar la producción de algas, es importante que el valor de alcalinidad sea supervisado constantemente con un controlador de pH que debe estar entre el 7 y 7’7 {2aaabee2c566df520e041273bf86d1dc27c349cf8e9935e8f62b23a1ab7c75a6}.
Con todo esto, alertamos nuevamente, que el mantenimiento de una piscina pública, conlleva a una atención mayor que cualquiera privada, por lo que hay que tener noción de ello.